Crónica de semana.com
De rodillas, sus familiares agradecieron la noticia del médico del Country: salió viva y con la posibilidad de recuperar su pierna, después de una cirugía que se prolongó por más de cinco horas. Esta es su historia.
Irma Molano, se enteró de que su hija era una de las víctimas del atentado terrorista del Centro Comercial Andino, a través de una foto que le llegó por WhatsApp. La imagen era aterradora: su hija Pilar Molano, estaba tirada en el suelo por el que corría sangre, agua y esquirlas de vidrio.
Sus ojos azules estaban tan abiertos como le era posible. Su pelo rizado y su cara más blanca que nunca estaban salpicados de polvo y sangre. Lo más impactante era la pierna derecha casi desprendida de su cuerpo. Muchos medios se apresuraron a decir que la había perdido, pero no fue así. También la daban por muerta y tampoco. De hecho, su caso aún puede convertirse en un milagro.
Pilar, de 45 años, llegó a la Clínica del Country a las 5:30 de la tarde. Entró a una cirugía que se prolongó por varias horas. Luego del ataque terrorista de Andino, estaba consciente de todo lo que había sucedido, ella misma le contó a los médicos sobre la explosión. La adrenalina no le permitía sentir dolor, pero su estado era crítico.
La familia esperaba bajo lámparas que irradian luz blanca, de esas que caracterizan la estancia en una sala de urgencias de un hospital. Ente murmullos y llanto se consolaban unos a otros.
“La vida a uno le cambia en un segundo. Uno piensa que esas cosas jamás le llegan y vea que sí”, le decía Irma a alguien por teléfono. “Cómo quiere que me calme. Es mi niña”, articulaba con la voz entre cortada. Sus ojos azules se volvieron rojos y se hincharon del llanto.
A las 10:38 de la noche se abrió una puerta y se escuchó la voz del médico. Eran buenas noticias. La cirugía fue exitosa. Del quirófano ahora pasaría a la Unidad de Cuidados Intensivos. Su familia podría verla.
Su hermana Francy cobró el aliento y dejó caer lágrimas de gratitud: “¿Por qué no oramos?”. Entonces casi 30 personas se unieron en dos círculos. Todos los que estaban allí son familiares de Pilar. Se tomaron de las manos y cerraron los ojos. Francy se arrodilló a pesar de que estaba cojeando y tenía bastón. Miguel Sánchez, uno de los primos, dirigió la oración. “Amado Dios te damos gracias porque estás con nosotros. Te pedimos que tengas compasión de Pilar, te pedimos que le des fortaleza a la tía (Irma)…”. Al final de la plegaria Irma y Francy se abrazaron. Se repetían una y otra vez “te amo”.
Todo esto pasaba mientras en la radio se repetía que el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, calificó el hecho como un “atentado terrorista”; mientras que el presidente Juan Manuel Santos decía que el ataque era un acto “vil, cruel y cobarde” y aseguraba que no iban a descansar hasta capturar a los culpables de la explosión del artefacto que fue instalado en un baño de mujeres del Centro Comercial Andino y que cobró la vida a tres mujeres.
Mientras los médicos hacían el trabajo de un artífice tratando de reconstruir los tejidos de la pierna de Pilar, paralelamente el ELN afirmaba a través de su cuenta de Twitter que no tenía nada que ver con el atentado; el ministro del Interior, Guillermo Rivera, decía que no había que descartar ninguna hipótesis sobre la posibilidad de que los autores fueran el ELN, el Clan del Golfo o alguna banda criminal. Unos rezaban al cielo mientras miles de colombianos lamentaban en redes sociales la frialdad de este delito cometido con máxima sevicia.
En ese lapso pasaron muchas cosas. La francesa Nathalie Nadine Veronique Levrand, de 48 años, llegó con heridas leves a las ocho de la noche y fue dada de alta a las once. Comisarios de la Embajada Francesa la acompañaron para ocuparse del cuerpo de su hija, Julie Huynh, de 23 años, que había venido al país para prestar servicio social en un colegio popular de la capital.
María Aura García, de 61 años presentó trauma acústico y trauma articular en los tobillos. Ingrid Margarita Ramírez, de 21 años y Luis Roberto Velásquez, de 76 años, quienes sufrieron daños auditivos a causa de la explosión, fueron dados de alta. Y Paola Jaimes, de 31 años y Ana María Gutiérrez, de 41 no corrieron con la misma suerte; fallecieron por las lesiones que sufrieron.
El dilema hacia la medianoche era saber quién entraba a ver a Pilar. Luis, uno de sus sobrinos, decía que era mejor que no entrara nadie: “Como ella no tiene piel se puede contaminar fácilmente. Y ya tiene una infección grave, los médicos han tratado de remover el polvo, esquirlas de metal, de espejos, de vidrios, residuos de basura, agua del inodoro, los químicos del explosivo… Tiene comprometidos los músculos, los nervios el hueso… pero todo salió bien y la sangre le circula por toda la pierna. Los médicos están haciendo todo por rescatar la pierna. Y hay esperanzas de que así sea”.
Francy no se iría sin ver a su hermana. Pero cuando se llegó el momento no se atrevió a entrar al cuarto. La vio desde la puerta. “Después de verla me siento mejor. Mami quiero que entre y la vea. No se le ve la pierna y está como dormida. No le vaya a hablar que ella está consciente, ha recibido muchos sedantes pero si la llamamos y reconoce nuestra voz va a querer despertarse. El médico dice que si se despierta se va a asustar porque no puede hablar por los sedantes y necesitamos que tenga paz”.
“Dios nos ha hecho muchos milagros hoy. Con pierna o sin pierna tenemos que dar gracias de que ella está viva. De que nunca perdió la consciencia, de que la cirugía salió bien y que parece que no hay riesgo de que muera”, reconoció Francy ante el circulo de familiares que la rodeaba.
Irma salió llorando. Parecía que sus lágrimas no se agotaban con el pasar de las horas. Pero tenían que descansar. Todos los que estaban ahí necesitaban recobrar fuerzas para volver a primera hora. Así que se fueron pasada la medianoche. “¿Por qué Santos no está aquí? ¿Por qué Peñalosa fue al centro comercial en vez de venir a preguntar por las víctimas?”, se preguntaba Francy mientras se cerraba la puerta del ascensor.
Este sábado Pilar, Francy e Irma salieron de compras. Como la señora Irma cumplía 73 este domingo 18 de junio sus hijas querían regalarle ropa nueva. Estaban felices porque habían conseguido lo que su mamá quería. Después Pilar vería a una de sus amigas en Andino. Pero necesitó entrar al baño y ahí se encontró con una explosión que la dejaría en estado de gravedad.
‘Donde Pancha’, el restaurante que Francy y Pilar tienen por sociedad al parecer cerrará hasta que Pilar se recupere. Para esta gran familia es necesario estar al tanto de lo que ocurra con ella. “Siempre hablan bien de las víctimas pero es que Pilar es muy especial. Es tan alegre, tan enérgica, la queremos tanto que queremos estar todo el tiempo con ella”. Su hija Diana, de 29 años, y otros familiares están viajando para llegar al hospital. Solo esperan que salga pronto de cuidados intensivos, que abra sus ojos y les sonría otra vez.